Chapellon, Sébastien

Una forma de expresión de los procesos de contagio familiar: las mentiras - 2019.


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El sujeto a quien se désigna como «mentiroso» instala inconscientemente un modo de comunicación infraverbal con sus interlocutores. Mientras falsifica intencionalmente la realidad, pone en juego un aspecto auténtico de su realidad interna. El uso de este método de lenguaje le permite transmitir su propia experiencia traumática a los demás, se las hace vivir inconscientemente, y pone en escena con frecuencia un sufrimiento familiar no perceptible. Los jóvenes mentirosos son especialmente los portavoces de la patogenicidad de ciertos fenómenos de contagio psíquico que aseguran la cohesión del grupo familiar. Buscan extraerse de ello, repitiendo inconscientemente los tabúes familiares que contaminan su vida mental. La mentira tiene en esto una dimensión mensajera.El ejemplo de una adolescente que acusó falsamente a su padre de acariciarla sexualmente muestra que esta «denuncia» es un esfuerzo del sujeto para transmitir a otros su vida psíquica, a fin de superar la experiencia de contagio psíquico que la proximidad con ellos le provoca. El terapeuta familiar psicoanalítico, al tener en cuenta este síntoma, puede acompañar a los miembros de la familia a una reorganización de sus vínculos, ofreciendo la posibilidad de revelar secretos parentales alienantes.