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Bajo el efecto combinado de políticas económicas y educativas destinadas a sensibilizar y animar a las y los estudiantes a convertirse en "emprendedores", cada vez son más los jóvenes graduados procedentes de la enseñanza superior que abandonan sus puestos de directivos asalariados en empresas para crear una "start-up". A partir de una doble encuesta cualitativa y cuantitativa realizada mediante entrevistas (n = 45) y por cuestionario (n = 501) a fundadores de start-ups, este artículo examina los determinantes, las lógicas y las modalidades del compromiso emprendedor de estas personas socialmente dotadas y favorecidas. Lejos de suponer un ascensor social para individuos en situación precaria, la creación de una start-up parece funcionar sobre todo como un acelerador de carrera, que permite a los jóvenes graduados que ya están bien integrados en el mercado de trabajo liberarse de la subordinación salarial y acceder al estatus de directivo de empresa, sin tener que ascender en el escalafón de una gran empresa.