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Aunque sus caminos se hayan cruzado regularmente, las profesiones de apoyo a la pareja y a la familia tienen estructuras profesionales diferentes. El asesoramiento matrimonial y familiar, la mediación familiar o, incluso, la terapia de pareja y familiar —que no necesariamente entran en contacto con los individuos, las parejas y las familias de la misma manera— están sujetos a tensiones externas e internas que revelan las relaciones contemporáneas entre las instituciones y las familias. En este artículo exploratorio, la autora, socióloga, propone trazar los límites interprofesionales entre esas profesiones, que pueden ser vistas como apoyos terapéuticos o de empoderamiento, pero también como componentes —de forma heterogénea, e incluso contradictoria— de una policía de las familias, funcionando como promotores de un nuevo orden normativo familiar, entre la colaboración y la imposición blanda.