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La separación impuesta por la prematuridad o la enfermedad de un recién nacido es potencialmente traumática para los padres, que se ven obligados a encontrarse con su bebé en el servicio de neonatología bajo la mirada constante del personal médico y de otros padres, aislados de su grupo familiar. Este artículo analiza, en primer lugar, los efectos nocivos de la inversión de los valores de los espacios íntimos o públicos en la parentalidad naciente. Las autoras han propuesto un tiempo de encuentro entre los padres en la sala de neonatología para ayudarles en la creación tanto de un vínculo con su bebé como de su identidad parental. Con el apoyo de viñetas clínicas, las autoras intentan demostrar que este dispositivo grupal in situ restaura una ilusión de intimidad y de comunidad social que permite a los padres negociar las paradojas psíquicas relacionadas con el estado de prematuridad y con la separación forzada de su bebé.