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La evolución de la moral ha visto un cambio en el significado de los tabúes y en la forma en que vemos las prácticas sexuales en general. La desviación sexual ya no es un escándalo. El tabú de lo femenino es el tabú del ver, el tabú de la sangre con todos sus ritos de purificación y el tabú del sexo de la mujer. Las transgresiones frente a los tabúes y prohibiciones se refieren a las perversiones femeninas, a la transgresión en lo femenino y a lo femenino como transgresión. El último tabú es el de la frigidez. Para concluir, el otro sexo, ya sea hombre o mujer, es siempre el sexo femenino. Más allá de lo fálico, por lo tanto, lo femenino.