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Partiendo de nuevo del vínculo fraterno, en doble quizás, que unió a Sigmund Freud y Otto Rank, así como de los fragmentos de nuestra clínica con Ellen, este artículo se interroga, por una parte, sobre las especificidades de las leyendas gemelares y fraternas en las fronteras de los deseos asesinos e incestuosos, y, por otra parte, sobre la influencia de estos deseos en la construcción del vínculo amoroso. Se abordan así tres tesis esenciales: primero, el hermano menor procede del odio y los celos organizando la rivalidad; segundo, el hermano menor es una figura heroica que se convierte en un doble odiado y envidiado; tercero, el hermano menor construye el mito del preferido, al estar en el origen de tres luchas protagonizadas por los hombres en favor de la «madre», la «hermana» y la «esposa». Es, pues, a través de un cuarteto de imagos que incluye a la hermana menor y al hermano menor, al doble y al héroe, como se construye preferentemente el vínculo amoroso.