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Aunque los investigadores han señalado a menudo que Francia puede ser un país excepcionalmente irreligioso, esta hipótesis aún no se ha puesto a prueba con datos longitudinales; asimismo, tampoco han intentado explicar esta supuesta irreligiosidad. Este artículo intenta llenar este vacío en la literatura comparando a Francia con otros países católicos de Europa occidental. Para ello, utilizaremos el conjunto de datos europeos más completo hasta la fecha sobre la pertenencia y la asistencia a la iglesia en los países europeos (CARPE), así como datos del Programa Internacional de Encuestas Sociales (ISSP), que nos permitirán medir retrospectivamente las creencias religiosas desde la década de 1910. Francia tiene una religiosidad global significativamente más baja que los demás países católicos de Europa occidental, aunque esta diferencia se ha reducido en las últimas décadas (y este bajo nivel de religiosidad no puede explicarse por los efectos de periodo específicos de Francia que han operado en los últimos cuarenta años). La secularización en Francia se produce más bien en forma de sustitución de cohortes, lo que ha hecho que se reproduzcan las diferencias de religiosidad entre países de una generación a otra. En otras palabras, si Francia es más irreligiosa es porque tomó el camino de la transición secular antes que otros países, o desde un nivel inferior.