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El autor trata de demostrar que existe una valiosa complementariedad entre tres perspectivas epistemológicas consideradas a menudo incompatibles: el individualismo metodológico (IM), la teoría de la explicación científica basada en el modelo de Popper-Hempel y la teoría del «círculo hermenéutico» de Gadamer. El IM sólo puede representar una lógica explicativa que garantice la cientificidad de las explicaciones sociales utilizando: a) el modelo nomológico-deductivo para explicar las causas y las consecuencias (intencionales y no intencionales), especialmente a nivel macro, de las acciones y b) la hermenéutica gadameriana para reconstruir las estrategias cognitivas y de toma de decisiones subjetivas. En particular, el autor insiste en demostrar que el «círculo hermenéutico» de Gadamer describe un proceso cognitivo que procede por conjetura y refutación y que es fundamental para explicar científicamente la interpretación, por el actor, del contexto problemático en el que se encuentra. Resulta fundamental, por lo tanto, para reconstruir las «buenas razones» que le llevan a ver en una acción determinada una solución a la situación de incertidumbre que está experimentando.