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La salud, considerada en su totalidad por la OMS desde 19461, involucra las esferas somática, psíquica y social. Así definida, debe incluir a los actores de cada uno de estos campos. Para reflexionar y organizar sus vínculos, se han creado «redes de salud», entre las que se encuentran las redes para «adolescentes con grandes dificultades». Estas redes han iniciado un cambio en las instituciones, no en su práctica, sino en la forma de pensar su práctica: pensarla como vinculada en una red de colaboración, pensarla como «en red». Este artículo se propone contribuir a la reflexión sobre las prácticas de trabajo «en red» desde el campo teórico psicoanalítico grupal del vínculo. Discutirá, a través de la experiencia del Dispositivo de Clínica Indirecta Concertada Arpège, de las modalidades de enlace interinstitucional al servicio de los profesionales e, indirectamente, de los adolescentes y sus familias. El marco clínico de las llamadas reuniones de «coordinación» propuesto por el equipo se ajusta continuamente para permitir que este grupo de personas involucradas se vincule, comparta y constituya un nuevo contenedor psíquico para el sujeto.